Día de muertos

CELEBRACIÓN DE DÍA DE MUERTOS.

La celebración de día de muertos inicia desde el 28 de octubre, cuando se coloca el primer altar y se ofrendan frutos, bebidas, pan, velas y copal. Al igual que los días principales, se acostumbra dar la bienvenida a las almas de los muertos con un camino de cempazúchitl, aunque que en esta fecha se recibe solo a los que murieron sin haber sido bautizados o que fallecieron en algún accidente.

El 31 de octubre se dedica a los niños fallecidos, por ello se ofrenda atole o chocolate, pan y dulces de alfeñique o chocolate. El camino con el que se reciben se realiza de confeti.

El 1 de noviembre se recibe las almas de los difuntos adultos, por lo que se coloca en el altar alimentos tradicionales como mole, pollo, arroz, alcohol y cigarros en caso de que algún de los parientes gustara de fumar. El camino con el que se les recibe se realiza de cepazúchitl.

El 2 de noviembre se acude al panteón a limpiar y adornar las tumbas. Se tiene la creencia de que se encamina a las almas a su reino, por ello la gente acostumbra llamar a la visita del panteón como la "encaminada".

Durante los días sagrados (28 de octubre al 2 de noviembre) está estrictamente prohibido tomar alimentos o frutos del altar pues se considera que de hacerlo se estaría faltando el respeto a los muertos y estos podrían castigar a las personas que los interrumpen. Hasta hace algunos años se prohibía que en estas fechas se escuchar música para no alterar la estancia de los difuntos. Estas son algunas imágenes de esta importante celebración en la comunidad.
Entre el pan tradicional que se elabora e incluye en la ofrenda están las llamadas muñecas que tiene la forma de cuerpo humano

Otro pan tradicional son los llamados "espinazos", que se cubren con azúcar de color rojo

Ofrenda tradicional del 31 de octubre

Camino de cempazúchitl para recibir a los muertos el 1 de noviembre. se aprecia una veladora que se ha incorporado en últimas fechas

Camino de cempazúchitl para recibir a los muertos el 1 de noviembre

Venta de cepazuchitl desmoronado para recibir a los muertos

Venta de pan de muerto tradicional en la plaza de la comunidad

Recibiendo a los niños el 31 de octubre.

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CALAVERAS LITERARIAS

CALAVERAS REVOLUCIONARIAS Y BICENTENARIAS

EMILIANO ZAPATA
Tierra y Libertad proclamó
Un tal Emiliano Zapata
En armas se levantó
Contra el sistema rata.

Desde el centro de Morelos,
Proclamó el Plan de Ayala
Con muchos anhelos
En contra de la gente mala

En Chinameca traicionado
Y asesinado a balazos
La historia lo ha colocado
De la patria en sus brazos

Reposa con la catrina
En un ejido frondoso
Más su legado camina
Sin tener ningún reposo

PANCHO VILLA
Le dijeron bandolero
Por defender a su hermana
Fue un gran guerrillero
Con una visión humana

A los gringos provocó
Una enorme conmoción
Pues Columbus invadió
En una rápida acción.

A México los gringos llegaron
A Villa querían aprender
Pero ellos se la pelaron
Agachados tuvieron que volver

Asesinado en Parral
Y abandonado a su suerte
Ya se le escucha cantar
Loas de amor a la muerte.

MIGUEL HIDALGO
De la Patria es el padre
Y no le asustan las revistas
Los rumores le valen madre
Él vino a vencer a realistas

De Corralejo originario
Del merito Guanajuato
Enseñaba el silabario
Y conspiraba de rato en rato

En Chihuahua fue asesinado
En un desierto de cardo y espina
Su cráneo fue colocado
De la Alholdiga en una esquina

Fue brutalmente excomulgado
Por la corte inquisitorial
Más sigue siendo respetado
Por papas y el cardenal

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DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO


Antrop. Efrén Pliego Platas

La riqueza cultural de México es única e inigualable, prueba de ello es que a nivel internacional, nuestro país ocupa el octavo lugar en cuanto a sitios que son considerados como patrimonio de la humanidad, siendo el país del continente Americano que ostenta la mayor cantidad de sitios con estas características. (UNESCO http://whc.unesco.org/en/list/208 )
Este hecho no debe hacer sentir muy orgullosos de la cultura y los espacios con que contamos, los cuales en muchas ocasiones no valoramos como tales.Uno de los eventos que mas causa impacto entre los extranjeros que visitan nuestro país entre los meses de octubre y noviembre lo constituye sin lugar a dudas los rituales de día de muertos. Las festividades indígenas de día de muertos, por la importancia que reviste en el ámbito cultural, no solo a nivel nacional sino internacional, fue declarado en el año 2003 como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (http://www.unesco.org/culture/ich_convention/index.php) . De ahí la importancia de que revaloremos estas practicas y que demos la importancia debida a estas tradiciones que desafortunadamente día a día se ven amenazadas de perder su esencia debido a llegada de costumbres ajenas a nuestra cultura.

ANTECEDENTES

De acuerdo a diversos historiadores, el origen de los rituales de día de muertos en nuestro país se remonta a la época prehispánica y tienen que ver directamente con el culto que nuestros antepasados realizaban a los muertos. Recordemos para ello que en la antigua cosmovisión indígena la existencia era un ciclo que empezaba con el nacimiento, mas no terminaba con la muerte material, sino que al suceder este hecho, se estaba en la antesala de una nueva vida. Así, quien moría, tenia la oportunidad de residir en un lugar inmaterial, la muerte, era la puerta para una nueva vida.
La importancia de la muerte dentro de la cultura mexica por ejemplo quedaba demostrada en la existencia de diversas deidades relacionadas con la muerte, tal es el caso de Mictlantecutli o Señor del Reino de los Muertos, cuya imagen descarnada y esquelética forma parte del panteón de diversas culturas prehispánicas.
Sin lugar a dudas, es entre los mexicas o aztecas donde encontramos mayores referencias acerca de los rituales relacionados con la muerte, debido a que los conquistadores españoles con ciertas excepciones y con una visión etnocéntrica realizaron el registro de dichas prácticas. En este sentido, la muerte era considerada como una posibilidad para acceder a nuevas formas de “vida”, ya que se consideraba que al morir se iba a un lugar no terrenal donde se continuaba con la existencia. A diferencia del cristianismo, en la época prehispánica no existía la concepción de lugares “buenos” o “malos” a donde se iba después de la muerte (como el paraíso o el infierno), sino simplemente lugares sagrados. Lo que determinaba el lugar a donde iban quienes morían era la forma en que perdían la vida, así, por ejemplo, quienes morían por alguna causa relacionada con el agua, iban al Tlalocan, los niños pequeños iban al Chichihualco o “casa de la leche”, la mujeres que morían durante el parto, se convertían en las Cihuateteo que acostumbraban regresar a la tierra para asustar a las personas, mientras que los guerreros que morían en batalla iban al Tonatihuichan, a acompañar al sol durante unos años tras lo cual regresaban a la tierra en forma de colibríes. De igual manera, estaba el Mictlán, que era el lugar a donde iban aquellos que tenían alguna muerte natural o producto de alguna enfermedad.
Quienes aspiraba a llegar al Mictlán, tenían que pasar varias pruebas, entre ellas el pasar por unas montañas que se cerraban y abrían, cruzar por un campo donde hacia tanto frío que cortaba como navajas de obsidiana, también debían cruzar un río, entre otras pruebas. Por esta razón, las personas que morían en la época prehispánica eran enterradas con algunas pertenencias que les servirían para llegar al Mictlán, entre ellas un perro, que les ayudaría a cruzar el río para llegar a su destino.
Se daba mucha importancia a las ceremonias mortuorias en la época prehispánica a tal grado que dos veintenas del calendario ritual estaba dedicado a los muertos, uno era en el mes de agosto y se llamaba MICCAILHUITONITLI o fiesta de “muertecitos” y la otra que correspondía al mes de octubre y se llamaba HUEYMICCAILHUITL o “gran fiesta de los muertos” En esta ocasiones, principalmente en la veintena de la fiesta de los muertos grandes, se realizaban importantes ofrendas en las que se brindaba a los muertos, flores mazorcas de maíz, copal y banderas de papel.
Con la llegada de los españoles a este continente, seguramente las festividades y rituales en torno a los muertos fueron prohibidas, aunque seguramente de manera oculta se siguieron practicando hasta que llegaron a nuestros días. Las festividades rituales mortuorias aun en la poca de la colonia debieron tener mucho a arraigo entre la población, tanto que el cristianismo terminó por adaptar dichas prácticas y las conjuntó con las festividades de “todos los santos”, fecha que estaba dedicada a aquellos santos y mártires que no eran recordados en un día en especial.

EL DÍA DE MUERTOS CONTEMPORANEO

Hoy en día, las festividades de día de muertos, representa todo un conglomerado de actividades que incide en cada uno de los ámbitos de la sociedad, tales como religiosos, sociales, económicos y hasta políticos, todo ello antes, durante y después de día de muertos,
Sin lugar a dudas, uno de los elementos más importantes de las celebraciones de día de muertos en la época contemporánea lo constituyen las ofrendas o altares de muertos, en las que no pueden faltas los siguientes elementos:

  • Agua: Representa la purificación. Se coloca en la ofrenda o altar por que se tiene la idea de que el alma de quien visita la ofrenda ah recorrido un largo camino y llega sediento a visitar a sus familiares.
  • El incienso que a la vez que permite una comunión o acercamiento con las deidades, permite guiar el alma de los muertos hasta el altar.
  • La sal: Que también tiene un carácter purificador, sirve al alma de difunto para que no se corrompa durante su estancia en este mundo.
  • La velas, que con su luz permiten al alma encontrar el camino de regreso tras su estancia en este mundo.
  • La foto. Para que las almas sepan a quién está dedicada la ofrenda.
  • Los alimentos: Se colocan por lo regular aquellos que en vida agradaron al difunto. Regularmente se colocan frutas y diversos alimentos como los siguientes.
  • Frutas de la estación como son naranja, mandarina, guayaba, plátano, cañas o productos regionales como ciruela, camote, guacamote
  • Alimentos especiales como mole (que tiene un carácter especial por que se realiza y consume en fechas especiales), arroz, pollo o en general alimentos del agrado de quienes fallecieron.
  • Bebidas como atole, chocolate, alcohol, tequila o la bebida que prefería el difunto.
  • Otros productos como cigarros (en caso de que fumara), y más recientemente diversos refrescos.
En algunos lugares se acostumbra el colocar juguetes para los niños, ropa o algún petate nuevo para que las almas de los difuntos se sienten a disfrutar de la ofrenda.
En general, las características de los altares u ofrendas varían en su estructura, más en su esencia conservan los mismos elementos simbólicos. El nombre de las celebraciones de día de muertos varía de lugar en lugar, así, mientras en Yucatán se llama Hanal Pixan, en el estado de Hidalgo, puebla y Veracruz se le denomina Xantolo y en Michoacán Animecha ketzitacua.
TIEMPO RITUAL
En algunas regiones del Estado de México, el tiempo ritual de las celebraciones del día de muertos empieza desde el día 28 de octubre cuando se coloca una pequeña ofrenda en memoria de los niños que murieron sin ser bautizados y para quienes murieron en algún accidente. Para el día 31 de octubre, se coloca la ofrenda formal, que está dedicada a los muertos pequeños, a los que se les colocan frutas, dulces y las calaveras de azúcar y más recientemente de chocolate. Al día siguiente, se coloca la ofrenda para los adultos, en los que se colocan alimentos que en vida gustaron a los difuntos.
Para el día 2 de noviembre, se acostumbra llevar flores al panteón y se denomina “la encaminada”, pues tiene la finalidad de acompañar nuevamente a las almas de los difuntos hasta su morada. En algunos casos, la ofrenda que guarda un carácter sagrado, ya que estuvo en contacto con las almas de los difuntos que los visitaron, es distribuida entre familiares cercanos, teniendo un especial papel los compadres, entre los cuales se acostumbra intercambiar los productos de la ofrenda.
En otras regiones de nuestro país como es el caso de Michoacán, la velación tiene un carácter muy importante, ya que mientras las almas de los difuntos se encuentran en la casa disfrutando de la ofrenda, los familiares acuden al cementerio a “velar”, ocasión en la que se encienden velas, y se reza ante la tumba de los parientes ya fallecidos.
MITOLOGÍA SOBRE EL DÍA DE MUERTOS
Las celebraciones se prestan para un conjunto de mitos que vienen a dar legitimidad al día de muertos, tal es el caso de aquel que pude escuchar en algunas regiones del Estado de México como Tianguistenco, Tejupilco, Texcaltitlan y Acambay, que a pesar de tener variables conserva elementos muy comunes. Dicho mito nos cuenta la historia de una persona que al no creen en que los muertos venían a este mundo durante las celebraciones de octubre y noviembre, acostumbraba a no colocar ofrenda por lo que en esas fechas realizaba sus actividades económicas con la misma regularidad que en el resto del año. En cierta ocasión, que acudió al monte a recoger leña, fu sorprendido por unos ruidos que llamaron su atención, pronto se percató que esos ruidos eran producidos por una multitud de almas que acudían a visitar a sus familiares, quienes habían colocado ofrendas para ellos. Pronto se vio sorprendido por algunas de estas almas que lo amarraron a un árbol, donde permaneció hasta el día dos de noviembre, fecha en que las almas regresaban a sus morada y cuando fue desatado, entonces se percató que entre la multitud iban sus padres, quienes no llevaban más que unas ramas de ocote que su esposa les había colocado en lugar de velas. En seguida regresó a su casa y contó lo sucedido a su esposa y a partir de entonces año con año colocó una ofrenda para que sus familiares pudieran disfrutarla.
LO PROFANO DEL DIA DE MUERTOS
Sin embargo, no todo es sagrado en las celebraciones del día de muertos. Una de las características que distingue al mexicano es su humor para ver las cosas y sobre todo para interpretar las grandes etapas de desarrollo del ser humano, como son el nacimiento o la muerte, sobre esta última, tenemos una visión muy amplia y divertida al respecto. Así, es muy común que escuchemos decir que al mexicano la muerte le pela los dientes, en este sentido, la muerte a la vez que representa respeto, también representa el lado alegre, burlón y picaresco, ejemplo de ello queda expresado en los nombres con los que nos referimos a la muerte, algunos de ellos: Tilica, flaca, huesuda, catrina, parca, la tía de las muchachas, muerte, pelona, calavera, calaca, entre otros apelativos. De igual manera destaca la forma en que nos referimos al hecho de la morir, tales como: se murió, se petateó, se peló, estiró la pata, recogió el equipaje, recogió los tenis, se nos adelantó, se fue al pozo, etc.
Entre la sabiduría popular, la muerte también esta presente a través de refranes tales como: “el muerto al pozo y el vivo al gozo”, “matrimonio y mortaja del cielo baja”, “donde chilla el muerto está el dinero”, “cayendo el muerto y soltando el llanto”, entre otros.
Un elemento que ha sufrido cambios sin lugar a dudas lo constituye la “petición de la calavera”. Esta tradición, originaria de Estados Unidos y ahora ya mexicanizada con nuestro toque tradicional, originalmente se llevaba a cabo en la noche del día 2 de noviembre, en la cual, los niños, con una calavera hecha con una calabaza y una vela sobrante de la ofrenda, acostumbraban visitar a los vecinos y al son de “no cooperan para mi calavera”, recibían alguna fruta de la ofrenda colocada en la casa visitada. Con el tiempo, la petición de los niños se transformó y se pasó a solicitar alguna moneda, para lo cual se hacía una ranura en la calavera a fin de que fungiera como alcancía. Hoy en día, además de que los niños no respetan la fecha del 2 de noviembre (principalmente en las ciudades, ya que se les ve a los niños en esa actividad desde el día 25 de octubre aproximadamente), los solicitantes se disfrazan de algún personaje que nada tiene que ver con la tradición de día de muertos (momias, vampiros, brujas y calabazas) y además utilizan calaveras de plástico olvidando las tradicionales calaveras hechas a base de una calabaza.
Es evidente que las celebraciones de día de muertos tienen una gran importancia en nuestro país no solo en el aspecto cultural, ya que son parte de nuestra identidad, sino también en otros aspectos como lo son el político, social y económico. Por ello, resulta muy importante el que conozcamos el origen de y significado de esta tradición y de esa manera revaloremos lo que tenemos y que sigue causando mucha admiración en otras latitudes del mundo.
Es cierto que día a día estas tradiciones están expuestas a una serie de elementos extranjeros y ajenos a nuestra cultura (como el caso del hallowen), más sin embargo, si damos el valor que se merece a estas tradiciones, seguramente el día de mañana será más fuertes y vigentes en este mundo cambiante y globalizado.

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¿QUE ONDA CON LA CATRINA?



Uno de los símbolos más representativos de la festividad de día de muertos en nuestro país, lo constituyen las calaveras y esqueletos elaborados en diversos materiales, como papel de china, plástico, o cerámica, que sirven de adorno o bien como alimentos como es el caso de los hechos con azúcar, amaranto, tamarindo o chocolate. Sin embargo, la Calavera Catrina tiene un lugar especial entre todos nosotros. Y es que desde mediados de octubre empieza a estar presente como motivo decorativo, compitiendo, desafortunadamente con animales nocturnos como gatos, murciélagos, arañas o personajes como brujas, vampiros y otros monstruos que nada tiene que ver con la tradición de día de muertos. ¿Pero ante todo esto, cual es el origen de la Calavera Catrina?.

La Calavera Catrina fue obra de José Guadalupe Posada, un artista popular, especializado en el grabado. Nació en el estado de Aguascalientes en el año de 1852 y murió en la Ciudad de México en 1913. Posada fue un claro crítico de las clases aristocráticas del país, sobre las que basó gran parte de su obra. Durante la época pre-revolucionaria, empezó a ilustrar las calaveras literarias que se publicaban en aquellos tiempos en diverso periódicos locales, en dichas obras se hacía mofa de la situación sociopolítica del país, lo que fue aprovechado por Posada para agregarle un toque aun más satírico a estas obras de arte y dibujaba a personajes políticos con cuerpos esqueléticos, lo que seguramente provocaba el enojo de los aludidos. La Calavera Catrina fue en si una crítica a las mujeres de la época y especialmente de la sociedad aristocrática, que renegaba de su identidad y adoptaba formas de pensar y de comportamiento extranjeras, por ello el dibujo original es una representación esquelética femenina con un sombrero rimbombante adornado con flores y plumas, como los que se usaban en la época.
Posada quizá nunca imaginó el impacto que su obra tendría en la identidad de los mexicanos, especialmente durante los meses de octubre y noviembre, y es que si bien, sus calaveras tuvieron impacto en su época, no fue hasta que Diego Rivera inmortalizó a la catrina, y la bautizó como tal (se dice que Posada la había nombrado como la "calavera garbancera"), todo ello en el celebre mural "Sueño de una tarde dominical en la alameda central", en donde la Catrina aparece de la mano de su creador, José Guadalupe Posada, mientras que Diego Rivera de niño, toma con una mano al personaje, y con la otra a Frida Khalo. En dicho mural, la catrina aparece de cuerpo entero, ataviada con un vestido de la época revolucionaria, una serpiente emplumada al cuello y el ya tradicional sombrero de plumas y flores. De ese momento a la fecha, la Calavera Catrina ha ido formando parte poco a poco de las celebraciones del día de muertos y ha sido objeto de diversas obras de arte como por ejemplo el cortometraje "Hasta los huesos".

EFRÉN PLIEGO PLATAS